¿Por qué cada etapa del camino es importante? Un encuentro con el Desarrollo Humano y Organizacional
- Miguel Gurrola
- Nov 15, 2023
- 17 min read
Estoy convencido de que nos transformamos en lo que pensamos, expresamos, sentimos y realizamos. Creo que no es posible conectar con nuestra verdadera esencia sin comprender el sentido de las experiencias pasadas que le dieron forma a nuestro presente. Cada pensamiento, palabra, emoción y acción contribuye a definir quiénes somos y en quiénes nos convertiremos.

Foto: Kelkheim, Main Taunus Kreis, Alemania (Octubre 2023).
Al reflexionar sobre las experiencias trascendentales de mi vida, he aprendido a valorar cada etapa de mi viaje. Hoy, deseo compartir contigo los conocimientos y descubrimientos que obtuve de un evento particularmente memorable. Este tuvo lugar hace 16 años, en noviembre de 2007. Fue un acontecimiento especialmente relevante para mí, ya que me proporcionó la oportunidad de aprender de otros sobre la efectividad y el humanismo en un ambiente de respeto a la diversidad de ideas.
El evento significó el comienzo de la aplicación de la Hermenéutica Analógica Icónica del Dr. Mauricio Beuchot Puente en los campos del Desarrollo Humano y Organizacional.
Este encuentro, titulado “Itinerancia: Emprendiendo un Nuevo Viaje para la Transformación Humana y de las Organizaciones”, reunió a profesionales destacados en los ámbitos del desarrollo humano y organizacional. Se llevó a cabo del 1 al 3 de noviembre de 2007 en la Casa de Retiros Agua Viva, situada en el Estado de México, a los pies de los majestuosos volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
¿Por qué decidí nombrarlo “Itinerancia”?
Comencemos por lo esencial, explicando el significado de la palabra “itinerancia”, que fue la que le dio nombre a este importante encuentro:

Imagen: Logo del encuentro Itinerancia. "Emprendiendo un nuevo viaje para la transformación humana y de las organizaciones". Noviembre 2007.
La palabra itinerancia viene de iter – itineris (del griego hodós) y significa : camino, viaje, marcha, jornada.
La elección del nombre para el encuentro fue un desafío considerable. En aquel momento, experimentaba una inquietud en mi faceta profesional. A pesar de ocupar el puesto de Vicepresidente de Recursos Humanos para México y Centroamérica en una compañía multinacional europea, sentía que algo me faltaba. En ese instante específico, aspiraba a elevar, ampliar y profundizar mi contribución profesional, buscando integrar los aspectos financieros y del negocio en general con un enfoque más humano.
Durante mis estudios universitarios, comprendí un principio fundamental para el éxito en mi profesión que afirma que es posible generar valor y lograr un crecimiento integral de una organización, en óptima sintonía con el desarrollo pleno de sus colaboradores.
Desde mis últimos días de estudio en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México y el comienzo de mi trayectoria profesional, siempre he estado motivado por demostrar que es posible generar valor de manera equilibrada y armónica tanto para una organización como para sus colaboradores.
En el año 2007, recuerdo que los indicadores financieros y de negocio de la organización donde trabajaba mostraban una mejora constante, gracias a la incorporación de profesionales altamente cualificados en roles de liderazgo. Aunque esto me proporcionaba satisfacción, simultáneamente sentía el impulso de generar oportunidades de aprendizaje y desarrollo personal no solo para los líderes, sino para todos los miembros de la organización, sin importar su posición jerárquica. Esta motivación me llevó a la idea de convocar a un diálogo sobre los desafíos actuales y futuros para las organizaciones, buscando un equilibrio entre las ciencias administrativas (Management) y el humanismo.
Un encuentro de esta naturaleza representaba un foro ideal para debatir sobre las posibilidades de realización personal en el trabajo, en medio de los desafíos del entorno económico, político y social. No solo me enfrentaba a los desafíos presentes en ese momento, sino que también me propuse anticipar y debatir sobre los obstáculos futuros que surgirían. Recuerdo que en aquel entonces, el Dr. José Genina, médico de la Universidad Nacional Autónoma de México y egresado del curso integrativo de filosofía en la Universidad Gregoriana, ya nos alertaba sobre los graves peligros para la salud física y mental que hoy, desafortunadamente, se han materializado en una realidad tangible.
¿Cuál fue mi motivación para organizar ese encuentro en ese momento específico?
Mi experiencia me ha enseñado que cuando las cosas van bien ya sea en nuestra vida personal o en una organización, ese es el momento óptimo para preguntarnos qué se puede mejorar. Es crucial entender los riesgos que surgen cuando uno pierde el enfoque y cae en la zona de confort. Es justamente en esos momentos cuando debemos aprovechar para aprender, reinventarnos y, sobre todo, fortalecernos para las tormentas y nuevos desafíos que tarde o temprano se presentarán. Siempre he estado convencido de que la transformación personal es la base de toda transformación organizacional.
Así, gracias al apoyo de mi jefe en ese momento, Jaime Costa Lavín, logramos integrar un grupo de treinta profesionales con amplia experiencia en los temas estratégicos de Capital Humano que nos interesaba explorar para ser innovadores en el desarrollo del talento y de la organización.
¿Cuáles fueron mis aprendizajes?
A continuación, me complace compartir contigo los aprendizajes y descubrimientos que obtuve en tres etapas específicas: la preparación del evento, su realización y las actividades que se llevaron a cabo después del mismo.
I. Fase de preparación.
Hace más de dos décadas, en el año 2002, un querido hermano, Fr. José Gallardo O.P., me brindó dos sugerencias sumamente valiosas. Estas no solo me proporcionaron respuestas a varias preguntas existenciales que tenía en aquel momento sobre el propósito de mi profesión, sino que también me motivaron a iniciar un plan de desarrollo individual.
Las dos sugerencias fueron fundamentales en la decisión de realizar este evento:
1. La primera sugerencia fue familiarizarme con la obra del Dr. Mauricio Beuchot Puente, reconocida mundialmente como “Hermenéutica Analógica”. Esta disciplina se convirtió en una guía inseparable en mi vida, influyendo no solo en mi ámbito profesional, sino también personal.
El Dr. Mauricio Beuchot Puente, investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha publicado más de 170 libros con diversas editoriales en México, América Latina y Europa. Mauricio define a la Hermenéutica como el arte de interpretar textos, que pueden ser de al menos tres tipos: escritos, hablados (como nos enseñó Hans Georg Gadamer) o actuados (de acuerdo con el francés Paul Ricoeur).
Para destacar la importancia de la hermenéutica analógica, imaginemos a los empleados como un “texto”, ya sea a nivel individual o colectivo, que se desenvuelve dentro de un contexto organizacional. Bajo esta óptica, sus pensamientos, palabras y acciones pueden ser interpretados. La ventaja de este enfoque radica en que nos permite enriquecer la calidad de nuestras interacciones mediante un diálogo que reconoce tanto nuestras similitudes como nuestras diferencias en el lugar de trabajo.
El arte de contextualizar un “texto” nos permite participar en un diálogo respetuoso, fomentar un espíritu de colaboración y lograr mejores resultados. De manera similar, este enfoque puede aplicarse a una organización, considerándola como un “texto” dentro de un contexto económico, político y social.
Recientemente, tuve la oportunidad de dialogar con Mauricio para entender su perspectiva sobre cómo estructurar y organizar de manera efectiva la aplicación de su hermenéutica analógica en el desarrollo humano y organizacional en el futuro. Esta conversación nos permitió visualizar una evolución natural hacia un realismo analógico que nos ayude a vivir de manera más virtuosa en esta sociedad digital, que cada día nos presenta nuevos desafíos. Aprovecho para expresar mi profundo agradecimiento a Mauricio por su disposición y generosidad de dialogar conmigo sobre hermenéutica analógica, filosofía y humanismo.
2. La segunda sugerencia fue sumergirme en un concepto que era desconocido para mí en aquel entonces, denominado “Itinerancia”. Este enfoque de vida me ha guiado desde entonces para mantenerme centrado, abierto a los cambios y transformaciones personales, y para no desviarme del camino que me había trazado, a pesar de los desafíos y obstáculos que se venían presentando en el camino.
Al explorar este concepto, lo encontré extremadamente útil ya que nos invita a vivir con un propósito definido, a mantenernos en movimiento y a evitar quedarnos estancados en nuestra zona de confort.
Desde esta perspectiva pude comprender que una persona itinerante es flexible, adaptable y eficiente, capaz de comprender los desafíos de su tiempo y transformarlos en oportunidades para el crecimiento integral de las personas.
Este fue el origen de la elección del nombre del evento. Itinerancia, que proviene del latín iter, itineris, y significa camino, viaje, marcha, jornada. El lema del encuentro fue: Pongámonos en marcha para recorrer juntos este paisaje interior. Esta frase aludía a la idea de adentrarnos en nuestro interior para encontrar respuestas a las preguntas que guiaron nuestro evento. No tuve ninguna duda de que los participantes convocados poseían conocimientos y experiencias sumamente enriquecedoras.
Con estos dos marcos de referencia como base, la hermenéutica analógica y la itinerancia, comencé a estructurar el encuentro.
Adicionalmente, un amigo consultor comentó en alguna ocasión: “Los que nos dedicamos a esta profesión, somos lobos solitarios”, esta afirmación me impactó, me hizo reflexionar mucho y buscar acercarnos para dejar de ser lobos solitarios y ser al menos lobos solidarios. Esto me motivó a tomar acciones congruentes con nuestra razón de ser como profesionales de la transformación humana y cultural.
Finalmente, después de dos años de planificación, estructuración y desarrollo de los temas centrales, con la guía y apoyo de personas que comparten el diálogo entre ciencia y humanismo, el encuentro tomó forma.
Preguntas guía que permitieron darle estructura al evento.
Estas fueron las preguntas que utilizamos como fundamento para diseñar este encuentro:
¿En dónde estamos ubicados los profesionales del desarrollo humano y organizacional?, ¿Qué nos demandan las organizaciones de hoy?, ¿De dónde viene esa cultura de lobos solitarios?, ¿A qué se debe la falta de credibilidad de nuestra profesión ante las organizaciones?, ¿Cuál es el sentido de nuestro trabajo?, ¿Cuál es nuestra razón de ser?, ¿En verdad agregamos como profesionales valor a las personas y organizaciones o somos nosotros los que añaden complejidad, ineficiencias y confusión?
Frente a estos interrogantes, consideré esencial emprender un esfuerzo decidido para establecer una red de profesionales que ofreciera a sus miembros apoyo recíproco, acompañamiento, así como un espacio para dialogar y reflexionar sobre los aspectos más significativos de nuestra labor profesional.
Consideraciones iniciales para la selección de los participantes.
Los que aceptamos participar en esta jornada nos identificamos con los siguientes principios:
Enfoque al logro de resultados, comprometidos con valores de respeto a la dignidad de la persona humana en todas sus dimensiones y con la justicia social.
Pasión por el aprendizaje, capaces de olvidar nuestra agenda personal y profesional para compartir vivencias, así como generar conocimientos para un mejor manejo del cambio.
Alto nivel de energía para trabajar y explorar en equipo nuevas ideas para la transformación humana y cultural.
Alta capacidad para generar conversaciones productivas que nos ayuden para dar sentido a nuestra vocación como profesionales del cambio.
Espíritu itinerante en la búsqueda del sentido en nuestro quehacer profesional para la construcción de un mundo mejor.
·Curiosidad genuina para entender los signos de nuestro tiempo.
Por mi parte, como profesional en Desarrollo Humano y Organizacional buscaba entender qué podía hacer de manera diferente en ese momento para mejorar el impacto del liderazgo en los mandos medios de la organización. Desde entonces, he mantenido la creencia de que los miembros de la gerencia media son esenciales en la construcción de culturas laborales saludables y de alto rendimiento. Además, las personas que ocupan estas posiciones desempeñan un papel crucial en el desarrollo integral de las personas y las organizaciones. El desafío radica en lograr una transformación de manera armónica, equilibrando las necesidades y requerimientos del empleador con los de sus colaboradores.

Imagen: Invitación al evento enviada a los participantes. Septiembre 2007.
30 Profesionales con experiencia mínima de 15 años trabajando en los siguientes campos:
- Administración de talento: “atracción, desarrollo y retención”
- Aprendizaje y desarrollo organizacional
- Comunicación, y responsabilidad social
- Coaching ejecutivo y de equipos de trabajo
- Transformación cultural
- Otras actividades estratégicas en el área de gestión del capital humano para incrementar la efectividad personal y organizacional
¿Qué otras consideraciones importantes surgieron durante la fase de preparación del evento?
Otra consideración relevante de aquel entonces fue que, a lo largo de los años, la mayoría de los invitados habíamos tenido la oportunidad de intercambiar experiencias, lecciones aprendidas y desafíos que enfrentamos como profesionales en la transformación humana y cultural. Un tema que surgía con frecuencia en nuestras conversaciones era la necesidad de crear sinergias entre nosotros como profesionales. Esto resultaba aplicable tanto para aquellos que liderábamos proyectos de transformación humana y cultural dentro de las organizaciones, como para los que brindábamos apoyo a estas organizaciones en calidad de consultores.
Me atreví a aceptar un hecho incómodo: en nuestra profesión (capital humano) hablamos de comunicación, trabajo en equipo, manejo efectivo de los conflictos, entre otros temas, y la mayor inconsistencia se vive en nuestra profesión ante la falta de colaboración por múltiples razones, una de ellas los egos desproporcionados cargados de un excesivo individualismo y muy poca intención para compartir conocimientos y experiencias.
Este fenómeno lo sigo viendo con frecuencia en la actualidad como respuesta a una alta necesidad de brillar individualmente, en donde el yo tiene mucho mayor peso que el nosotros.
Tras una reflexión profunda, opté por seguir mi intuición y adherirme al principio que afirma: “Nadie puede dar lo que no posee”.
Me ubiqué en el contexto de un profesional del desarrollo humano y organizacional. Allí tome conciencia de que el objetivo de este encuentro era ponernos en movimiento, salir del territorio propio para discernir con otros colegas que persiguen los mismos objetivos lo que podíamos hacer para ser consistentes con nuestra misión profesional.
Siempre busqué con el equipo organizador crear un espacio para el diálogo abierto y respetuoso sobre nuestras diferencias y nuestras coincidencias. Si algo estaba claro en ese momento era un hecho muy sólido y compartido entre los participantes: lo que nos convocó entre otros aspectos fue el hecho de no estar satisfechos con lo establecido, lo conocido, lo probado, lo que existía en ese momento.
En aquel momento, era consciente de que el resultado final del evento era incierto, pero siempre mantuve la convicción de que cualquier esfuerzo por compartir nuestro conocimiento y experiencia ya constituía un éxito en sí mismo.
II. Realización del evento.
Deseo comenzar esta sección del artículo expresando mi gratitud más profunda al Dr. Carlos Escandón Domínguez s.j., ex-rector de la Universidad Iberoamericana campus Santa Fe, en la Ciudad de México, por su orientación durante mis años de estudio. Su consejo fue esencial para definir el propósito y los objetivos del encuentro. Carlos es un destacado humanista mexicano cuya contribución inestimable al desarrollo integral de numerosas personas y organizaciones merece reconocimiento. Aprecio enormemente su amabilidad al participar en este encuentro, ofreciendo una de las tres conferencias magistrales titulada “Liderazgo Ignaciano y su impacto en la cultura”. También agradezco a los ponentes de las otras dos conferencias magistrales, el Fr. Alejandro Latapí O.P., quien presentó la conferencia “¿Qué es itinerancia?” y al Dr. José Genina, quien presentó la conferencia “Aspectos médicos a considerar en los procesos de cambio”.

Foto del encuentro Itinerancia. Agua Viva, Estado de Mexico. 01 al 13 de Noviembre, 2007. De Izquierda a derecha: Miguel Angel Gurrola, Fr. José Gallardo O.P. y Dr. Carlos Escandón Domínguez S.J.
Su apoyo y orientación fueron fundamentales para la organización de este evento. Quiero expresar mi gratitud hacia ellos por demostrarme, a través de su ejemplo, que siempre es posible avanzar con confianza cuando se tiene un buen discernimiento y una buena intención en nuestras acciones.
Tras una preparación exhaustiva, llegó el momento de nuestro encuentro. Durante el mensaje de bienvenida, tuve la oportunidad de compartir los objetivos del mismo:
Lograr un entendimiento claro sobre los resultados positivos y negativos que hemos obtenido como profesionales del cambio
Compartir y documentar los aprendizajes obtenidos durante nuestras intervenciones
Dar oportunidad a los participantes de contribuir a partir de sus éxitos y brechas principales para encontrar elementos comunes y diferencias en el grupo
Lograr una interacción entre cada uno de los participantes a partir de las preguntas ¿En qué soy bueno?, ¿Qué cosas he visto que funcionan?, ¿Qué tenemos en común los participantes de este encuentro?, y ¿Cuáles son mis motivadores personales y profesionales?
Preparar el terreno para juntos definir el rumbo que podemos seguir y analizar qué tipo de continuidad podríamos tener si creemos que hace sentido darle seguimiento a este proceso
A continuación, se realizaron las tres conferencias magistrales que mencioné anteriormente. Al finalizar cada conferencia, recogimos las opiniones y perspectivas que diferían o complementaban el contenido presentado. Esta recopilación se llevó a cabo mediante una tecnología de multiteclados que nos permitía visualizar las opiniones proyectadas en tiempo real. De esta forma, pudimos establecer eficientemente el contexto para interpretar el texto, que en este caso era el contenido de cada conferencia.
Además, organizamos grupos de trabajo sobre los temas emergentes que consideramos importantes para profundizar. Lo hicimos bajo un enfoque de espacio abierto (open space), donde los participantes podían elegir libremente a qué grupos deseaban unirse.
Con la ayuda del equipo organizador, logramos recoger e integrar todas las ideas y conclusiones de los grupos de trabajo, las cuales resultaron muy útiles para nuestro proceso de aprendizaje. Contamos con la ayuda de un artista gráfico para capturar algunas de las ideas centrales provenientes de los participantes.

Infografía elaborada durante el evento: "Itinerancia. Emprendiendo un nuevo viaje para la transformación humana y de las organizaciones". Agua Viva, Estado de México, 01-03.11.2007.
III. Actividades posteriores al evento.
Fue importante dar seguimiento a los descubrimientos obtenidos en el encuentro. Los resultados fueron positivos y se hizo esencial profundizar en temas como el significado del desarrollo personal en una organización, los crecientes desafíos para la salud y el bienestar integral, entre otros. También fue vital entender nuestro papel como profesionales del desarrollo humano y organizacional frente a los desafíos futuros. En este contexto, un grupo pequeño iniciamos un diálogo sobre cómo abordar las nuevas oportunidades identificadas.
Bajo la guía del Dr. Carlos Escandón Domínguez s.j., un grupo de 12 participantes profundizamos en estos descubrimientos durante dos retiros en 2008. El primero se llevó a cabo en el pintoresco pueblo de Tepoztlán y el segundo en Ocotepec, ambos en el Estado de Morelos, México.
Este evento también me brindó la oportunidad de aclarar las áreas de desarrollo personal en las que deseaba concentrarme para continuar creciendo y evolucionando. Pude establecer las bases de mi propósito de vida y retomar dos de mis grandes pasiones, la lectura y la escritura.
Gracias a las actividades de seguimiento, me percaté de la necesidad de profundizar en la conexión entre el Desarrollo Organizacional y el Desarrollo Humano. Esto me llevó a buscar un diálogo con el Dr. Juan Lafarga Corona s.j. (2008-2009). En varias ocasiones, tuve la oportunidad de compartir comidas y conversaciones con él y otros colegas que participaron en el evento de Agua Viva. Recuerdo esas conversaciones con gran cariño. También pude hacerle algunas preguntas por escrito sobre el sentido de la vida. Juan, amablemente, me respondió por escrito. Sus respuestas, que conservo hasta el día de hoy, me sirvieron como base para profundizar en aspectos relevantes para refinar mi propósito tanto en lo personal como en lo profesional.
Además, me di cuenta en ese momento de la importancia de conocerme aún más como persona, ya que de esta manera lograría comprender y colaborar mejor con los demás. Era evidente para mí que necesitaba una base de conocimientos más sólida sobre el ser humano. Con el apoyo de mis amigos y maestros, decidí enfocarme en aprender sobre la historia de la filosofía, la filosofía moral o ética y la antropología filosófica.
Aquí también fui muy afortunado porque una serie de eventos favorables sucedieron de manera natural. Uno de los participantes del encuentro Itinerancia me regaló un libro titulado: “Diccionario de Filósofos” escrito por don Héctor Rogel. Cuando me lo entregó, me dijo: “Cuando vi este libro, pensé en regalártelo, creo que lo vas a disfrutar”.
La noticia alentadora fue que, gracias a ese regalo, pude contactar a Don Héctor, un filósofo mexicano sumamente brillante y, lo más importante, una buena persona dispuesta a enseñar a un entusiasta de la filosofía. Él preguntó por qué quería hablar con él y le respondí que su “Diccionario de Filósofos”, un libro clásico publicado por la editorial Porrúa en México, había captado mi interés y deseaba hacerle algunas preguntas sobre cómo abordar ciertos temas filosóficos que quería estudiar. Me concedió una cita y tuve la oportunidad de visitarlo. Le intrigaba que una persona del mundo empresarial estuviera interesada en aprender filosofía, por lo que me hizo varias preguntas.
De ahí surgió el inmenso regalo de mi estudio no formal de filosofía con un gran maestro, el Dr. Héctor Rogel. Consistió en una sesión mensual de tres a cuatro horas durante un par de años. Por mi parte, agregué mucho estudio entre cada sesión para llegar mejor preparado y aprovechar al máximo el conocimiento y sabiduría de Don Héctor (2008-2010).
Creo que este gran maestro pudo percibir la sinceridad en mi motivación por aprender. Generosamente, me dijo que él me explicaría lo que yo necesitaba para adentrarme en este campo de estudio. De esa manera, tendría una sólida base para seguir profundizando posteriormente, de acuerdo con lo que tuviera sentido para mi desarrollo personal y profesional.
Nunca imaginé que mi curiosidad e intención de conocer a un autor resultarían en este maravilloso regalo de vida. Don Héctor también me permitió conocerlo un poco y construir una relación maestro-discípulo que facilitó enormemente mi aprendizaje de sus conocimientos y experiencias de vida. Recuerdo que me invitó a conocer la biblioteca del Seminario Conciliar de México, que lleva su nombre. Me percaté de esto al entrar a la biblioteca y, al preguntarle sobre el nombre de la misma, simplemente me dijo: “No se preocupe por eso, que es lo que menos importa. Venga mejor aquí, que le voy a mostrar algunas obras sobre Tomás de Aquino, que veo que es uno de sus autores preferidos”. Actualmente, esta biblioteca cuenta con un acervo de más de 200,000 obras. Su sencillez es un gran ejemplo para mí.
Guardo recuerdos muy gratos de este gran maestro y un agradecimiento profundo, ya que gracias a él adquirí mucha confianza para sumergirme en el fascinante mundo del pensamiento filosófico. Al día de hoy, sigo siendo un aprendiz con el mismo grado de motivación para aprender que en aquellos días de interacción con este querido maestro.
Reflexión final:
Quiero aprovechar este espacio para enviar un cordial saludo y un sincero agradecimiento a todos los participantes de este evento. Sus contribuciones fueron invaluables y logramos crear un ambiente de diálogo respetuoso, alineado con los principios del encuentro. Agradezco profundamente su presencia, el apoyo y la confianza que depositaron en mí y en el equipo organizador coordinado por Jorge Fernández, para la realización de este encuentro.
Este evento tuvo un impacto positivo en mi vida. Desde entonces, logré reinterpretar mi enfoque de desarrollo humano y organizacional desde una perspectiva de vida itinerante. Para mí, la vida es un gran regalo que merece ser aprovechado con gratitud por todos los recursos y aprendizajes que nos brinda a lo largo del camino. Aprender a pensar, hablar, sentir y actuar de manera coherente es el gran aprendizaje que logré organizar, estructurar y asimilar en mí, comprendiendo que el crecimiento y la evolución personal nunca terminan. Me falta mucho por aprender y mejorar, pero he decidido enfocarme en avanzar un poco cada día, disfrutando mi proceso de aprendizaje y evolución personal.
Además, aprendí a disfrutar mucho más los procesos, sin caer en el extremo de perseguir resultados sacrificando la contemplación del paisaje antes de llegar a mi destino, que eventualmente será el fin de este cuerpo físico que hoy me permite disfrutar de esta dimensión física y material. Desde que acepté la temporalidad de mi cuerpo físico, camino con mayor ligereza y gratitud cada día. Nunca olvidé el inicio de la conferencia del Dr. José Genina cuando nos dijo: “Les tengo una buena noticia y otra mejor. La buena es que se van a morir, refiriéndose a que toda persona envejece y su cuerpo morirá. La mejor, es que no solo ya lo saben, sino que al atreverse a aceptarlo de manera consciente, podrán vivir aprovechando mejor cada día buscando ser buenos, agradecidos y sin perder el sentido de su vida”.
Otra valiosa lección que aprendí es que no debemos temer hacer preguntas a personas con más experiencia para explorar otras soluciones y prever posibles problemas. La curiosidad, creatividad y una mente abierta para aprender son fundamentales para nuestro crecimiento y evolución.
Hoy, me siento extremadamente satisfecho no solo con la organización de este evento, sino también con todo lo que he logrado a partir de los descubrimientos que surgieron de él.
Un logro destacado fue el estímulo y mi participación activa en proyectos de investigación aplicada, lo que me permitió profundizar en los descubrimientos obtenidos. Entre estos proyectos se incluyen: el estudio de la relación entre la variable de liderazgo y los factores psicosomáticos en el lugar de trabajo, y la investigación de la conexión entre la cultura organizacional, el liderazgo y el bienestar integral, entre otros.
Tal vez lo más relevante es que, gracias a los descubrimientos de este encuentro y a mi curiosidad y motivación para seguir aprendiendo, tuve la oportunidad de conectar con autores de gran importancia. Entre ellos, puedo mencionar al Profesor Emérito Neerlandés, Dr. Geert Hofstede, y al Dr. Robert Hogan. En futuros artículos, compartiré mi experiencia al explorar sus propuestas en los campos de la cultura y la personalidad, respectivamente.
Al publicar este artículo, te animo a mantener viva tu curiosidad sobre los temas que te apasionan, a acercarte con humildad a aquellos maestros que pueden enriquecer tu aprendizaje, y a ser constante en tu desarrollo integral como individuo y profesional.
Concluyo compartiendo este poema que utilizamos durante el encuentro para contextualizar nuestros diálogos durante el encuentro:
Esto es sencillo.
Muda es la fuerza (me dicen los árboles)
Y la profundidad (me dicen las raíces)
Y la pureza, (me dice la harina)
Ningún árbol me dijo: "soy más alto que todos"
Ninguna raíz me dijo: "yo vengo de más hondo".
Y nunca el pan ha dicho:"no hay nada como el pan"
Pablo Neruda
Agradezco nuevamente tu tiempo para leer este artículo y espero verte en el próximo.
Fuentes de inspiración:
Lafarga Corona, J. (1992). Desarrollo del Potencial Humano (4 Volúmenes). Editorial Trillas.
Eco, U., & Martini, C. M. (1997). ¿En que creen los que no creen? Ediciones Temas de hoy.
Guardini, R. (2000). Ética. Lecciones en la Universidad de Múnich. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).
Rogel Hernández, H. (2001). Diccionario de las virtudes. Seminario Conciliar de México. A.R.
Beuchot, M. (2004). Hermenéutica, Analogía y Símbolo. Herder México.
Rogel Hernández, H. (2007). Diccionario de filósofos: doctrina y errores. Porrúa.
Beuchot, M. (2008). Hermenéutica de la encrucijada. Editorial Anthropos.
Lafarga Corona, J. (2013). Desarrollo Humano: El Crecimiento Personal. Editorial Trillas.
Neruda, P. (s.f.). [Poema sin título]. Recuperado de la conversación personal.
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